28 de enero de 2012

Implicados con la Administración Pública

Parece que implicación y Administración Pública son dos conceptos que no casan mucho, que son como agua y aceite, y no suelen vincularse muy a menudo.

En esta época de abundancia social (que no tiene nada que ver con la riqueza económica), con grandes posibilidades de comunicación y conversación, hay un gran número de trabajadores públicos interesados en intercambiar opiniones, conocimientos y experiencias sobre temas de Administración Pública. Implicados en hacer una Administración más eficiente, más cercana y sobre todo más humana.

Desde la blogosfera pública debemos seguir agitando consciencias, dar visibilidad a nuestras inquietudes y quizás poner en práctica alguna de ellas, para así mantener la ilusión de contribuir a la transformación de las administraciones.

Creo que ha llegado la hora de dar un paso adelante. Si en octubre de 2010 comenzó a fraguarse el Manifiesto de los Funcionarios Emprendedores es hora de ir un poco más allá, es hora de sentar las bases, de crear una estructura de trabajo, que sea líquida, sí, pero que nos ayude a seguir avanzando.

Nuestros blogs han sido siempre nuestras herramientas, en las que nos hemos apoyado para intentar difundir nuestras ideas y reflexiones, nuestros pequeños logros, e incluso algunos fracasos, pero creo que si queremos que todo ello no quede en meras palabras debemos crear territorios comunes donde aunar nuestras fuerzas.

No es fácil encontrar en el sector público mucha implicación a la hora de acometer proyectos de cambio. Si en estos momentos hay un caldo de cultivo, si hay muchas ideas en circulación, debemos, es casi una obligación, intentar hacer algo más con ellas.

Un post de 2009, "Funcionario Hacker", que aún mantiene plena su vigencia, ha vuelto a encender la mecha, mecha que esperamos dé como resultado un encuentro presencial que reúna al máximo número de integrantes de esta blogosfera pública, además de toda aquella persona interesada.

Un encuentro que nos ayude a consolidar esas conexiones forjadas por años compartiendo ideas y proyectos.

Proyectos que pueden ser muy interesantes y que deben servir de escaparate, y espero que de algo más, para esa nueva forma de hacer administración pública que tanto hemos reivindicado.

Proyectos como simpleGov de David R. Jordan, o iniciativas como iventem.cat de Jordi Graells, que aunque su objetivo no es la administración pública, sino la innovación en general, también nos permite hacer propuestas dentro de nuestro ámbito. Incluso magníficas redes como la XIP (Red de Innovación Pública), un grupo de profesionales que han decidido organizarse para compartir proyectos y buenas prácticas, conocimiento, noticias y, en definitiva, aprender todos juntos de su experiencia y de la de los demás, y, al mismo tiempo, idear nuevos servicios con el resto de actores públicos.

En fin, cómo decía José Luís Rodríguez en su post "FuncionariOS e IMprendedores (II): perfiles públicos: frente a una concepción dominante y centralizadora de la actividad administrativa, han de emerger necesariamente auténticos “imprendedores” de lo público: empleados, y gestores que, parafraseando a Fernando Polo…“… no se conformen con el orden establecido, decidan complicarse la vida y cambiar las cosas. Cambiar el mundo… dentro de estructuras aparentemente inmóviles cuya inercia es aún mayor que su complejidad”.

¿Te apuntas?

24 de enero de 2012

Qué hacen los políticos con mi dinero

Qué hacen los políticos... con mi dinero, es lo primero que puede leerse en una página web que, por la situación que vivimos y el tema tan "espinoso" que trata, extraña que tras dos años de existencia y el trabajo desarrollado no tenga un poco más de éxito o relevancia.


Ya por junio de 2009 hablé aquí de conmidinero.com "Cuestionando el Gasto Público en España", una web de iniciativa privada al servicio de los ciudadanos, que trata de cuestionarse el buen o mal uso del gasto público en este país. Para ello, recopila noticias de decenas de medios de comunicación y boletines oficiales, preguntando al visitante si está a favor o en contra de las actuaciones de las distintas Administraciones Públicas.

Ha mejorado mucho desde 2009. Ahora los usuarios ya pueden enviar noticias y además de votarlas, comentarlas. Aunque por la cantidad de votos y comentarios podemos deducir que el número de usuarios registrados no es muy alto. Algo verdaderamente chocante, pues la crítica, y más a la administración pública por sus gastos, es el deporte nacional.

Otros tres apartados que me han parecido muy interesantes han sido:

El gasto público más innecesario de 2011 en España, a juicio de los votantes y de la redacción. Con echarle un vistazo nos damos cuenta de las verdaderas barbaridades que se siguen cometiendo en este país por falta de TRANSPARENCIA, así con mayúsculas. También puede consultarse el 2010 y 2009.

Consulta el gasto público de las Comunidades Autónomas y algunos Ayuntamientos en FITUR 2012, con una consulta georreferenciada y una iconografía cuyo tamaño representa los gastos. El listado completo también puede consultarse en una tabla.


Y por último un gasto curioso de estas navidades: Los gastos de las cabalgatas de reyes y los kilos de caramelos repartidos.

En fín, una página que creo merecería algo más de reconocimiento.

18 de enero de 2012

Código de Buen Gobierno

Hoy he recibido uno de esos correos electrónicos que te envían criticando a los políticos, sobre todo sus gastos y privilegios. No era un correo actual, creo que lleva varios meses danzando, e incluso he visto que hacía referencia al anterior Gobierno. Como casi todos los emails de este tipo los miro de pasada, pero en este concretamente había algo que me ha llamado la atención, sobre todo por mi desconocimiento del tema.

Resulta que el Consejo de Ministros de 18 de febrero de 2005 aprobó un Código de Buen Gobierno de los miembros del Gobierno y de los altos cargos de la Administración General del Estado, publicado en el BOE del 7 de marzo de ese mismo año.

Sabía que había una Ley que regula los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los altos cargos, pero no tenía ni idea de que hubiese nada parecido a este Código de Buen Gobierno.

Dice en el acuerdo por el que se aprueba este Código que "La elaboración de este código responde fielmente a las líneas directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y otras organizaciones internacionales, por lo que supone una eficaz política de prevención y gestión de estos conflictos, acorde con experiencias similares adoptadas por otros países de tradición y raigambre democrática".

En un párrafo anterior indica que "en el momento actual, se hace necesario que los poderes públicos ofrezcan a los ciudadanos el compromiso de que todos los altos cargos en el ejercicio de sus funciones han de cumplir no sólo las obligaciones previstas en las leyes, sino que, además, su actuación ha de inspirarse y guiarse por principios éticos y de conducta que hasta ahora no han sido plasmados expresamente en las normas, aunque sí se inducían a ellas y que conforman un código de buen gobierno".

La verdad es que después de leerlo no sabía si sonreír o apesadumbrame, lo que coloquialmente se llama reír o llorar.

España es un país falto de transparencia en comparación con esos otros países de "tradición y raigambre democrática", es más, es un país con la mala costumbre de legislar mucho y obligar a cumplir poco, y precisamente en materia de transparencia, o acceso de los ciudadanos a la información pública no tenemos aún ley. País de contradicciones.

Bueno, este código se divide en tres grupos de principios: Principios básicos, principios éticos y principios de conducta.

Entre ellos se nombran: objetividad, integridad, neutralidad, responsabilidad, credibilidad, imparcialidad, confidencialidad, dedicación al servicio público, transparencia, ejemplaridad, austeridad, accesibilidad, eficacia, honradez...

Hay cosas curiosas: no deben aceptar tratos de favor, no influirán en la agilización o resolución de trámites administrativos para su entorno familiar y social, administraran los recursos públicos con austeridad, se rechazará cualquier regalo, favor o servicio en condiciones ventajosas.

En el desempeño de sus funciones serán accesibles a todos los ciudadanos y extremarán la diligencia en contestar a todos los escritos, solicitudes y reclamaciones que estos realicen (aquí me cabe la duda sobre si incluyen también las redes sociales, para aquellos miembros del Gobierno y altos cargos que se hayan abierto un perfil).

Se abstendrán de realizar un uso impropio de los bienes y servicios que la Administración General del Estado pone a su disposición por razón del cargo, garantizarán la constancia y permanencia de los documentos para su transmisión y entrega a sus posteriores responsables...

Dejo para el final el apartado cuarto y último: Cumplimiento del Código de Buen Gobierno.

1. Anualmente el Consejo de Ministros conocerá un informe elevado por el Ministerio de Administraciones Públicas, sobre los eventuales incumplimientos de los principios éticos y de conducta con el fin de analizar los procedimientos y actuaciones que pueden posibilitar su transgresión y proponer las medidas que se estimen convenientes para asegurar la objetividad de las decisiones de la Administración y de las instituciones públicas.
2. El Consejo de Ministros, en el supuesto de que hubiera incumplimientos de los principios del código, adoptará las medidas oportunas.


¿Alguien "conoce" si se ha elaborado algún informe?, ¿se ha adoptado medida oportuna alguna?

Le hacemos un flaco favor al buen gobierno si legislamos sin la verdadera intención de hacer cumplir la ley. En este caso una Orden. Parecerá entonces que nos interesa poco el tema.

15 de enero de 2012

¿Dónde quedaron las utopías?

El progreso no es más que la realización de las utopías. Oscar Wilde.
Cuando hablamos de problemas comunes nuestra conversación se encuentra siempre salpicada de términos económicos. El PIB no termina de despegar, más bien se hunde, el diferencial de la deuda es demasiado elevado, los índices bursátiles han bajado de nuevo...

Si hablamos de trabajo lo hacemos para discutir sobre una reforma laboral para satisfacer a los mercados primero y para crear empleo después.

Mientras, algo en lo que todos estamos de acuerdo, temas sobre los que no cabe discusión, parecen tapados, o reservados para tiempos mejores.

Quizás olvidemos que no vendrán tiempos mejores si no los ponemos una vez más sobre el tapete.

Creo que no cabe discusión sobre nuestra intención de que nuestros hijos vivan mejor, o al menos igual que nosotros. No cabe en nuestras cabezas que lo hagan peor.

Es preocupante la falta de previsión, de interés, por el futuro cercano. Rodeados y bombardeados por una sociedad que nos incita a consumir para crecer.

Incluso para mantenerse en el estado actual el consumo ha de incrementarse, iniciando una escalada cíclica insostenible.

Pero si me inquieta el escaso interés por el futuro cercano, me alarma la frivolidad con la que jugamos con la calidad de vida de nuestros hijos.

Y si la futura calidad de de vida "material" de mis hijos me intranquiliza, su calidad de vida ética, moral y educativa lo hacen aún más.

Que mis hijos vivan mejor que yo es para mí importante, aquello de que tengan más y mejores oportunidades, pero que mis hijos "sean" mejores que yo es para mi vital.
¿Donde quedaron las utopías? Esas utopías que suelen nacer cuando la realidad que nos rodea, el mundo en el que vivimos comienza a fallar. Cuando no cubre las necesidades de una, cada vez más amplia mayoría.

La utopía, como dice Anatole France, es el principio de todo progreso y el ensayo de un futuro mejor. Sin ella nos estancaremos en el pasado y las acciones que emprendamos no harán sino perpetuar el sistema actual, con los mismos errores y fracasos.
La filosofía del aquí y ahora, la improvisación, ese "que en el futuro piensen otros que yo bastante tengo con lo mío", en definitiva, esa desafección, acabará matando la utopía y por ende el progreso de la mayoría, en favor de unos pocos.


13 de enero de 2012

La Administración Pública como vínculo débil

Mark Granovetter en “La fuerza de los vínculos débiles” trabajó con los conceptos de “lazos fuertes” y “lazos débiles” dentro de las redes sociales:

“Los lazos débiles son conexiones con las que no tenemos gran interactividad, pero forman parte de la red y resultan fundamentales para el enriquecimiento mutuo. La importancia de los lazos débiles radica en que favorecen redes menos estructuradas y permiten generar puentes entre sub-grupos transportando la información e ideas por fuera del círculo social”.

Hasta ahora se ha querido poner al ciudadano como centro de la estrategia de la Administración (unas veces con más éxito que otras). También en ciertos ámbitos se ha intentado segmentar la población en grupos más o menos homogéneos, con técnicas propias del marketing, a imagen de la empresa privada.

En una época de eclosión de las redes sociales basadas en internet es hora de prestar también atención a nuestra conexión con esos grupos, así como entre ellos y los propios ciudadanos.

¿De qué manera están conectadas las Administraciones con el ciudadano? ¿Podemos asegurar que la Administración Local es la más cercana a ellos? ¿Cercana en el sentido de proximidad geográfica? ¿O cercana porque es con la que más relaciones puntuales tiene?

Ha surgido una nueva forma de comunicarnos, de relacionarnos, perfectamente compatible con las anteriores, pero cada vez más usada y demandada por los ciudadanos en sus contactos con la Administración Pública.

La Administración debe dejar de ser una organización con la que nos relacionamos esporádicamente y constituirse como un contacto de calidad, no siempre presente, es cierto, y con una unión mucho más débil que con otros nodos, por supuesto, pero influenciada por una nueva forma de entender el papel que desempeña ante la ciudadanía. Una Administración abierta y en red.

Una Administración que provoque la creación de esos puentes entre grupos y personas, que transporte la información entre ellos y sea capaz de agilizar los flujos de conocimiento.

Tenemos que comenzar a concentrarnos en los lazos que unen a las personas. Una administración centrada en las personas, pero también una Administración centrada en la red, formada por las personas y sus conexiones.

La administración debe estar en la red para ofrecerse como vínculo a los ciudadanos, ya que lo que necesitamos en este nuevo y complejo escenario son conexiones, unas fuertes y otras débiles, pero de calidad.

10 de enero de 2012

Educar para participar

A veces me he preguntado si al pedir un cambio de democracia representativa a otra más participativa somos conscientes de las obligaciones que ello nos acarrearía.

La democracia representativa nos viene bien porque únicamente nos pide que participemos en las urnas. Esto nos da pie a quejarnos, pero sin hacer nada para evitar aquello por lo que nos quejamos. Porque no queremos o no nos interesa perder nuestro tiempo libre en colaborar con esa nueva democracia. En participar.

Por ello cada vez veo más importante tener en cuenta la frase de Alberto Ortiz de Zárate: "No hay buen gobierno sin buenos ciudadanos".

Si queremos democracia participativa, si queremos Open Government, debemos reivindicar más educación para la participación.

Pero no sólo educación para la participación en el ámbito no formal, sino en el formal y con todas sus consecuencias.

Educación para la participación desde el colegio, desde la más tierna infancia. Eso sí sería Escuela 2.0.




Foto de hyperion327

5 de enero de 2012

De turismo por la Administración Pública

En los últimos días se ha reavivado el debate entorno a una Dirección Pública Profesional. En"Sobre la dirección pública profesional", Iñaki Ortiz deja muy clara su opinión, muy lógica y compartida, Félix Serrano centra un poco más la discusión entorno al perfil del directivo en Directivos públicos: ¿políticos o funcionarios?

Quiero creer que en mis post me he caracterizado por llamar a las cosas por su nombre. Y la verdad es que en torno a este tema me da exactamente igual quien sea el directivo público, únicamente quiero un buen directivo, comprometido e implicado en el trabajo. La discusión entre insiders y outsiders no me parece tan importante.

Alguien ajeno a la administración pública, que no conozca el terreno puede aportar un soplo de aire fresco, un cambio de actitudes, o todo lo contrario, puede darse contra un muro que al final no pueda sino bordear. Por otro lado el aspirante de dentro, conocedor profundo de los entresijos de la administración puede hacer girar más rápidamente los engranajes, pero también puede verse afectado por los mismos defectos de los que adolece este tipo de organizaciones.

Lo que si comparto con casi todos los que han comentado sobre este tema es la necesidad de que exista un procedimiento profesional de selección de directivos públicos.

Lo que no alcanzo a comprender es que si en la empresa privada la temporalidad en los cargos se tiene tan asumida, si el empleo no es para toda la vida, ¿por qué cuando alguien llega a este tipo de cargos directivos públicos esa misma temporalidad lo inunda todo?

Porque de lo que estoy cansado es de turistas en la administración pública, tanto funcionarios como políticos. Que acceden al puesto de dirección sin una idea clara, sin objetivos ni planes que desarrollar, más que unas lineas de un programa electoral, ambiguo y que realmente no dice nada. Incapaces o sin la suficiente motivación para emprender acciones de calado o más largo plazo.

No quiero decir con esto que todos sean así, ni que su actitud o aptitud se prolongue durante los años que están al frente de su cargo. Al final muchos suelen ser buenos gestores, justo cuando los cambian por otros. Y vuelta a empezar.